miércoles, 14 de agosto de 2019

XXII SUBIDA A OROEL. INOLVIDABLE.

Los que me conocéis ya sabéis que subir a la cruz de Oroel es algo muy especial para mí. Son muchos los recuerdos que allí guardo. Y como me gustaría que esta sensación durase toda la vida, porque cada día que pasa el vínculo que me une a este monte es más fuerte, incluso me he propuesto un reto a largo plazo que espero ser capaz de cumplir. Pero esta es otra historia...
Hoy lo que quería compartir con vosotros es la edición XXII SUBIDA A OROEL, la carrera de las carreras. Un año esperándola. Organizada con mucho cariño por el Club Atletismo Jaca, club al que pertenezco y me siento muy orgulloso de ello. 10 Km con 1.000 D+ desde Jaca hasta la Cruz.
La meteo no se presentaba muy favorable, lo que generó una gran incertidumbre porque la lluvia podía presentarse suavemente o todo lo contrario. Lo que era seguro era que la mañana iba a estar pasada por agua; la duda era calcular por cuánta... Afortunadamente la Organización supo manejar la situación y después de varias decisiones muy bien gestionadas, salimos todos con destino a la Cruz. Yo tenía el pálpito de que el día me guardaba algo mágico: era mi subida nº 303, con 33 curvas y con el dorsal 33, ¿qué más podía pedir?

Como ya es tradición, preparé con esmero el equipo (esta vez más bien escaso) y me hice las fotos, dorsal en mano. ¡Hala!, ¡pues ya estoy fichado para la carrera! Esta vez, creo me conozco el recorrido y perfil a la perfección. De hecho, hasta las piedras sé si están en su sitio jejejejejeje...

9:00 am. Tal como se preveía, día lluvioso. El equipo del Club preparado. ¡Valientes!
9:15 am. Pistoletazo de salida y al lío. Vamos a disfrutar de la carrera más espectacular de Jaca. ¡¡¡¡Ah!!!! Eva Puig, también se animó a tomar la salida. ¡Menuda energía tiene!, ¡qué titanakaaaaaaaa!!!!.... Go go to piki poweeeeeeer...

Pim pam, pim pam... un pie delante y otro detrás. Después de 6 km, llegamos al Parador de Oroel, donde no bebí ni agua y seguí a fuego hacia la cruz. No quería hacerla esperar mucho en un día como aquel.

Y al terminar las 33 curvas, me encontré de nuevo a Ramón, cómo no, jejejeje... ¡Qué tío!, está en todos lados. Ya solo queda 1 kilómetro más o menos hasta la cruz. Mucha niebla, pero temperatura perfecta. Parece que la lluvia estaba siendo benévola con nosotros.

BESTIAL... una carrera de lujo. Subida Nº 303 y a seguir contando. Aquí junto a Mr. Titán-Lux.
Fuimos a la par un buen rato. Está más fuerte que el vinagre.

Y tocaba bajar, que me esperaba mi Espi y quería darle un abrazo enooooooorme.

Al final el pálpito del que os he hablado se transformó efectivamente en algo mágico que no olvidaré: recibí un trofeo de la XXII Subida a Oroel. Puedo afirmar que en ese instante fui FELIZ. Resulté ser, ni más ni menos, que el 1er hombre del Club en llegar a Meta. La verdad es que no me lo esperaba, pero cuando me lo dijeron fue genial. Un trofeo del Oroel. No hace falta que os diga que para mí es algo único y que tener esta recompensa es algo increíble. Quería felicitar también a Pilar, que obtuvo el mismo galardón en categoría femenina. ¡Así se hace, sí señora!

Y qué decir de Eva. Qué grande, qué fuerza y qué cabeza tiene. Lo más increíble es que todo lo hace siempre con una sonrisa y un optimismo que puede con todo y más. Un ejemplo a seguir. Felicidades titanakaaaaaaaaa...

Ay mi Espi, qué suerte la mía de tenerte siempre a mi lado en cada momento, en cada carrera, en todo. Gracias por seguir siendo esa batería incansable que aguanta todos mis retos y todas mis locuras. Sin ti nada de esto tendría sentido. GRACIAS.

Y no quiero terminar esta crónica sin decirle a mi mamá: Mamá, estés donde estés, ahora gracias a este pedrusco del Oroel, aparte de tenerte en la Cruz, te tendré en casita muy cerquita de mí. Gracias por seguir dándome ilusión y ganas de no parar. Cuánta fuerza me has dejado...

MAMÁ, estés donde estés siempre juntos... Siempre te llevo dentro de mi corazón. Seguiré corriendo cada día hasta lo más alto para seguir sintiéndote muy cerca de mí.

3 comentarios:

Montse dijo...

Ya sabes Raúl que para mí también es muy importante nuestra montaña. Me ha encantado tu relato, lo he disfrutado. Yo empecé a subir a los 15 años, cuando todavía no había troncos en el camino... Una vez, con un esguince... Oroel siempre me trae buenos recuerdos y me encanta que ames tanto a esta montaña.
Gracias por compartir, gracias por querer a Oroel y gracias por ser nuestro amigo.

Montse dijo...

No, la primera vez que subí fue a los trece años... con los Escolapios. Había un chico que me gustaba y claro... solo con verlo en aquellas excursiones... me conformaba.

Rotten HD dijo...

Muchas gracias siempre por tus palabras Montse. Oroel es MÁGICO...