sábado, 7 de septiembre de 2019

TRAIL VALLE DE TENA: 78 KM + 6.800 D+ = 20 h 13 min 33 seg

Y llegó mi gran reto, el TRAIL VALLE DE TENA, el carrerón de los carrerones en mi agenda de 2019. Este era mi desafío para acabar el año a lo grande en esto de correr por la montaña. Esta carrera es la más dura y bonita que he corrido desde que vivo en Jaca. 78 kilómetros y 6.800 D+, pasando por las zonas más espectaculares del Valle de Tena, entre las que se encuentra una de sus joyas, el Garmo Negro, con una altitud de 3.051 m. Hoy he averiguado que garmo significa "lugar enriscado y de difícil acceso". Doy fe de que el nombre está bien puesto...sobre todo después de llevar a la espalda ya unos cuantos kilómetros antes de comenzar su ascenso.

Esta vez sí que convenía estudiar el perfil y preparar a conciencia el material que tenía que llevar. En esta carrera toda preparación es poca. Iban a ser muchas horas, muchos kilómetros y muuuuucho desnivel. Y además no estaba claro que la meteorología fuese a mostrarnos la mejor de sus caras. Solo durante la carrera veríamos lo que ésta nos reservaba.

Día anterior a la carrera, recogida del dorsal que, por cierto, gracias a Mr. Titan-Lux, pudo ser el 33.
Grandes decisiones: manguitos sí o no, cuántas térmicas llevar, qué reservar para la base de vida...¡uf! Menos mal que estas decisiones son más fáciles con amigos como Pils, que por supuesto, no quiso faltar. De hecho es la culpable de que estuviese yo también. Mucha ilusión ver a Jotse, que se conocía la carrera mejor que la palma de su mano porque había colaborado en su marcaje (muy bueno, dicho sea de paso). Y aún así, estaba dispuesto a correrla de nuevo. Impresionante.

En fin, que ya estábamos oficialmente metidos en el lío, eso sí, con una congoja, por no decir otra cosa... Pero con mucha ilusión y ganas; eso siempre.

4.30 a.m del sábado.  Buena hora para comenzar la jornada. Y muy buena temperatura, todo hay que decirlo. Es hora de la revisión del material y de entrar al recinto para empezar la aventura. Ya no hay vuelta atrás.

5:00 am. Pistoletazo de salida y a correr. Primeros segundos para poner a prueba nuestra resistencia física y mental.

Desde la salida de Panticosa, pasamos por el Dedo de Yenefrito, el ibón de Catieras  para después seguir hasta la cabaña de Brazatos, y desde ahí, a la Casa de Piedra para luego subir por la directa al Garmo Negro. Ya habíamos pasado unos pocos puntos de control, para tranquilidad de los que nos seguían a través de la web de Tempo Finito. Pero aún quedaban unos cuantos. Bueno, pasito a pasito.

Por fin llegamos a ese "lugar enriscado y de difícil acceso", de hecho Garmo Negro era la cota más alta de la carrera. El premio eran las vistas espectaculares y sobre todo, encontrarnos con el gran Ramón, siempre al pie del cañón, dando al click de su cámara para dejarnos un buen recuerdo.

Una vez en el Refugio de Bachimaña, llevábamos ya 36,5 Km y ni más ni menos que 4.110 D+. Turbo Mary y Lola, me esperaban allí para darme fuerzas y ánimos, que bien los necesitaba y bien me sentaron. Repuse y seguí al lío hacia el collado de Tebarray, Refugio de Respomuso, Musales y por fin La Sarra, la Base de Vida. Para entonces la meteorología ya nos había enseñado lo que tenía reservado para nosotros: granizo y tormentas. Esto hizo que fuese aún más duro llegar a La Sarra, adonde llegué con cierto desánimo, pero llegué.

Cuando pienso en cómo me sentí entonces, creo que la palabra exacta es vacío. Físicamente estaba débil y el granizo y la tormenta me habían cansado mentalmente más de lo que hubiera deseado. Pero ahora que estaba en La Sarra podía tomarme mi tiempo para recuperarme. Gracias a Espi, Eva, Iván y Pechi, que estaban ahí para ayudarme en todo. 45 min atiborrándome pasta y de todo lo que mi cuerpo aún no rechazaba, junto con los ánimos, fueron suficientes para poder salir a afrontar los últimos 20 km con 1.300 D+ que me quedaban. La noche se me iba a echar encima, eso ya era irremediable. ¡Hala!, ¡a seguir!

Y después de 20 h 13 min y 33 seg, ¡crucé el arco de Meta! Era la 1:30 de la madrugada. Reto conseguido. Puf... qué carrera más bestia y bonita a la vez. Paradójicamente ya no me encontraba cansado. Al menos hasta que tuviese la posibilidad de ver una cama...

Al llegar a Meta, vi a Pils entre los que quisieron recibirme a tan altas horas. Ella llegó hasta el kilómetro 56,5 y decidió acertadamente abandonar por tiempos de corte. Pero como siempre, estaba feliz, porque hasta entonces había disfrutado y vivido cada kilómetro. Gracias A Jotse y Jorge, a Marisa y Lola, que aguantaron hasta mi llegada y sobre todo a mi Espi, que ahí estaba como siempre esperándome con una sonrisa.

Felicitar a Eva Puig e Iván, que se estrenaban en esto del Trail con la 20k al día siguiente, y que disfrutaron y terminaron como unos campeones. Grandes los dos.

Y como siempre, no quiero terminar sin antes dar las gracias a mi Espi, que es lo mejor que me ha pasado en la vida, y que siempre está en todo momento a mi lado para darme fuerzas e ilusión en todo lo que me propongo. Sin ella está claro que no sería capaz de terminar ninguno de mis retos, porque ella es el TODO. Te quiero mucho mi Espi.

MAMÁ, estés donde estés siempre juntos... Siempre te llevo dentro de mi corazón. Seguiré corriendo cada día hasta lo más alto para seguir sintiéndote muy cerca de mí.