martes, 2 de diciembre de 2014

UN PASEILLO POR MEDINACELI

Una escapada medieval de vez en cuando nunca viene mal. Buscándo uno de esos pueblos en los que desconectas de la ruidosa ciudad y de los grandes edificios adornados con cristales... Medinaceli era el sitio perfecto para un sábado cualquiera...

Llegamos sobre las 12:00 y con ganas de soledad y tranquilidad, eso es lo que buscabamos para este finde.

Después de dejar los bártulos, salimos disparados a pasear sin rumbo y de repente aparecemos en la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, que fue levantada en 1561... increíble.

Seguimos caminando y a lo lejos un castillo, que no dudamos en visitar, pero que está cerrado... y un poco más de paseíllo para chocarnos con un mosaico, también del año de la "tos"

La Plaza Mayor de Medinaceli, construida sobre un foro romano también es digna de visitar, sobre todo cuando no hay nadie... un lujo.

El pueblo es muy pequeño, pero tiene hasta su arco romano, que según dicen, es único en España por su triple arcada. Pues muy bien, nunca te acostarás sin saber y ver algo nuevo.

Y lo más emblemático de el pueblo: el Cristo de Medinaceli, que está situado a la entrada del pueblo bajando un caminito de arena... es como el de Brasil pero a lo pequeño y sin los brazos en cruz... jijijijijiji...

Ya caída la noche y llegando de nuevo a la Plaza Mayor... como por arte de magia, una luz nos recuerda que tenemos que cenar... así que...

... hacemos hambre tomando un vinito de Ribera de Duero calentitos en una cantina y...

... nos vamos al restaurante Bavieca a degustar de primero, unos níscalos con patatas (INCREÍBLES) y Espi una sopa castellana (ALUCINANTE)...

... y de segundo, una trucha escabechada y un cochinillo frito... DE INFARTO.

Para terminar con un rulo de queso Idiazabal... con esto acabamos nuestro día de escapada y a descansar para levantarnos al día siguiente a las 1.000... sin prisa, que de vez en cuando apetece.

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